Friday, July 1, 2016

Multitasking: Un nuevo nombre para decir ‘Soy Mujer’


 “Hacer muchas cosas a la vez pone en riesgo la salud, es estresante” afirman los científicos del comportamiento humano.
Gracias. Lo sabemos, de verdad. Lo sentimos a veces, incluso, en nuestros cuerpos, en la cabeza que está a mil y que cuando paramos un segundo para respirar nos pasa factura. Sabemos lo que dicen: que hay que apartar al menos media hora al día para la reflexión y el encuentro con una misma, que hay que saborear cada segundo porque jamás volverá, que tenemos que descansar cinco minutos cada cuarenta de exposición a la pantalla de la compu…todo muy lindo: es más fácil decirlo que hacerlo. Encontrar un espacio personal, para cualquier mujer hoy en día es una odisea inexpugnable. Lo era antes también, cuando no nos aceptaban en el mercado laboral; ahora que nos hicimos un lugar en la vida pública y profesional (y llegamos para quedarnos, señores) parece que la sociedad nos reclama más y más tiempo, el doble de esfuerzo que a nuestros colegas masculinos. Así, la comunidad científica nos categorizó con un nuevo nombre: mujeres multitasking.
Empecemos por el principio: ¿Qué es esto del multitasking? Es una palabra en inglés que traducida sería “multitarea”, extraída del lenguaje cibernético: técnicamente es la capacidad que tienen las computadoras de administrar y completar varios procesos simultáneamente. Llevado a la práctica cotidiana, sería el concepto que reúne la capacidad o posibilidad de cumplir con muchas ocupaciones de manera paralela. En resumen, es hacer mil cosas al mismo tiempo.
Actualmente ha sido aplicado al universo laboral, en el que una persona está frente a una computadora aproximadamente ocho horas diarias, tiene una cuenta en Twitter, Facebook, Linkedin, Instagram, Snapchat, al menos tres grupos de Whatsapp (Familia, Amigos, Trabajo), cada una representando una ventana abierta; chequea los mails, habla con una compañera de trabajo, piensa en qué va a cocinar a la noche, me tienen que pasar el informe así lo reviso, si hago tiempo cuando salgo voy al gimnasio, de pasada dejo a los chicos en el club. Este comportamiento es poco saludable y disminuye la concentración en las tareas, dicen.
¿Sí? Los invito a vivir un día en la mente femenina.
Toda mujer que tenga un trabajo, una casa, al menos un hijo y al menos un marido sabe qué significa esto del multitasking, aunque no conozca el vocablo que se usa para nombrarlo. Imaginate si en vez de uno, tiene dos (hijos, claro). Sumemos a esto que no tiene mucama ni niñera ni secretaria. Imaginemos que sonó el despertador a las siete de la mañana. Lo apagaste pensando que tenés que poner la pava para el mate, despertar a Lolo para que desayune antes de ir al cole porque ayer se te hizo tarde y la criatura se fue con veinte pesos a la escuela para comprar en el recreo y por supuesto terminó con una gaseosa y caramelos y ¡Dios mío todavía no me levanté! Saltás de la cama, agarrás el pantalón negro que dejaste preparado ayer por si te quedabas dormida. Con una pierna afuera del pantalón corrés a la habitación del querubín, Lolo arriba, mamá se quedó dormida, metés la otra pierna adentro del pantalón y mientras te dirigís a la cocina vas levantando los juguetes que  quedaron en el camino y una media que no sabés de qué par es, de dónde salió (¿Es mía?), la dejás en el respaldo de la silla donde después cuando llego a casa me fijo, ponés la pava, preparás el mate, te delineás un ojo, encendés la compu. Espero que me hayan enviado el informe, mirás el celu: 40 mensajes de grupos de whatsapp, chequeás al pasar el grupo de las madres del cole, ¿en qué momento mandaron tantos mensajes? Te delineás el otro ojo y-Má! Dónde están las zapatillas del cole? -¡Debajo de la cama fíjate! -¡Me falta una! -La otra está acá debajo de la mesa. El informe no está, qué hago, mandás un mail para recordárselo a la persona encargada de enviarlo, tomás un mate, peinás a Lolo (-lávate los dientes), terminás de maquillarte y peinarte vos, para no salir a la calle con esa cara de “mujer multitasking”…Y todavía no saliste de tu casa.
No voy a intentar describir un día de trabajo.
Sólo sepan que cada mes sacamos turno para la depiladora, vamos al gimnasio, pasamos por la pelu, nos mantenemos al día con las chicas, arreglamos una cena con los socios, retenemos sin problemas fechas de cumpleaños, aniversarios, eventos de los niños. Contestamos mails, mensajes, llamadas, pedidos (de amigas, familiares, clientes, hijos, marido). Hacemos hasta lo impensado para no descuidar la intimidad, la relación de pareja. Inclusive, una vez por mes nos esforzamos por darnos un baño de inmersión de media hora, aunque sea a las doce de la noche, para reconectarnos. ¿Multi..qué…? Soy mujer. Punto.

Autora: Daniela Pedemonte
Profesora de Literatura
Mamá full time

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