Más
allá de los beneficios de la bebida en sí, todo el ritual de tomar café con
nuestras amistades nos ayuda a liberarnos, desestresarnos y a acumular
vivencias positivas
Pocos
momentos son tan gratos y complacientes como ese instante en que nos
reunimos con los amigos y nos tomamos una buena taza de café o té. Cualquier problema se vuelve
liviano al poco tiempo.
Lo
creamos o no, la toma de esa taza de café o té no deja de ser un ritual muy
arraigado en nuestra cultura, del que nuestras emociones y nuestro cerebro
obtienen grandes beneficios.
Si
nunca te habías detenido a pensar en ello, te los detallamos en este artículo,
invitándote a que nunca dejes de practicar ese sano ejercicio de combinar tres
ingredientes maravillosos: café, risasy buenas amigas.
El
componente social del café
El café es una bebida estimulante con
siglos de antigüedad y mágica tradición que forma parte de nuestra cotidianidad
y a la que no deberíamos renunciar.
En nuestro espacio te hablamos muy a menudo
de todo lo que puede hacer por nosotros: potencia nuestras capacidades
cognitivas, nos despeja por la mañana, nos ofrece energía y, además, cuida de
nuestra salud hepática.
Lee también “ningún abrazo es pequeño si se da desde el
corazón“
No
obstante, es muy posible que hasta el momento nunca hayas descubierto el
curioso “componente social” de esta bebida de negro corazón que tanto adoramos. Te
lo revelamos.
Una bebida caliente y una buena compañía
Pongamos
un ejemplo. Acabamos nuestra jornada de trabajo y no ha sido precisamente
buena. El estrés, las preocupaciones y los nervios se traducen en un exceso de cortisol, norepinefrina y
noradrenalina en sangre que alteran muchas de nuestras funciones básicas.
·
El acorazón acelerado, tenemos dolor de
estómago, cansancio y cierto embotamiento mental. Ahora bien, antes de ir a
casa nos llama una amiga y quedamos para tomar algo en una cafetería.
·
Pedimos un café y poco a poco iniciamos una grata conversación.
Toda bebida caliente ejerce un efecto calmante en nuestro organismo, se relajan
los nervios y nuestra respiración. El dolor de cabeza se alivia.
·
A su vez, el café, al igual que el té son
estimulantes suaves. Su efecto activador nos va a permitir
comunicarnos mucho mejor con esa amiga. De este modo, y casi sin que nos demos
cuenta, empezaremos a contarle nuestras preocupaciones.
·
La bebida caliente relaja los músculos, pero la cafeína estimula nuestra mente para estar más
receptivos, comunicativos y abiertos a las emociones positivas.
·
Por ello, en cuanto aparecen las primeras risas compartidas con
nuestras amistades, el poder de la endorfinas se ocupa del resto del trabajo:
empezamos a sentirnos mejor y los problemas se relativizan.
Te recomendamos leer “no permitas que la ansiedad te detenga“
Café y amistades: un modo de estar “presentes”
Vivimos en un mundo acelerado que siempre
demanda más de nosotros mismos. Estamos más centrados en lo que debemos hacer
dentro de una hora o mañana que en lo que estamos haciendo en este mismo
instante.
El
ritual del café es un ejercicio terapéutico que nos permite “estar presentes”. No importa nada más; nos permitimos
disfrutar de la bebida, la conversación, la
compañía y de las risas.
Lo importante de compartir....
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